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Resumen de Conferencias Internacionales (CI)
FIEBRE AMARILLA Y VIGILANCIA DE PRIMATES:
CI02 PASADO, PRESENTE Y PERSPECTIVAS PARA EL
FUTURO
Marco A. B. Almeida
Secretaria Estadual da Saúde, Rio Grande do Sul, Brasil.
El virus de la Fiebre Amarilla (FA) surgió en África, hace unos 1500 años. Emergió
en las Américas hace cerca de 400 años y causó el primer brote en Brasil en 1685.
Cerca de dos siglos después, en 1914, la conexión entre FA y Primates No
Humanos (PNH) fue sugerida en Centroamérica. A pesar de esa primera señal de
que el virus africano se había adaptado a un nuevo continente, sólo alrededor de
1930 se describió el virus de FA circulando en un ciclo silvestre en las Américas.
Después de esta ocupación del ambiente natural, el virus se tornó endémico en la
Amazonia brasileña, donde la vacuna pasó a ser distribuida de forma permanente.
En diversos períodos, posteriormente, el virus se dispersó fuera de la Amazonia,
alcanzando regiones con baja (o ninguna) vacunación. A partir de 1999, con el
objetivo de detectar el virus mientras circula sólo en su ambiente natural, el
Ministerio de la Salud de Brasil (MSB). Estableció la vigilancia de PNH como
herramienta oficial, publicó guías de vigilancia, e hizo la notificación de muerte de
PNH obligatoria. Cada estado brasileño pasó a estructurar su vigilancia activa
(captura de PNH) y/o pasiva (vigilancia de muerte de PNH), basado en
entrenamientos del MSB. Estos entrenamientos, entre 2001 y 2008 llevaron a la
formación de un equipo nacional para hacer frente a brotes de FA. Miembros de
este equipo y del MSB participaron en entrenamientos para países de las Américas
y entrenaron, junto a la Organización Panamericana de la Salud, personal en
Argentina, Perú, Surinam y Panamá donde a partir de 2014 el Instituto
Conmemorativo Gorgas inició un monitoreo de arbovirus en PNH. A lo largo de 20
años, dos grandes circulaciones del virus, 20082009 y 20142019 (el mayor brote
de FA silvestre de la historia), pusieron a prueba la vigilancia de PNH en Brasil. La
muerte de monos fue esencial para dirigir acciones de vacunación de poblaciones
humanas, sobre todo en áreas nunca antes vacunadas. El monitoreo permitió
registrar la muerte de miles de PNH en al menos diez estados, pero
heterogeneidades en la vigilancia generaron regiones menos sensibles a muerte de
monos donde se produjo un gran número de casos humanos, cuando el virus se
acercó a áreas densamente pobladas y sin vacuna. Después de estos dos brotes,
llevando casi todo el país a recibir vacuna, nuevos enfoques deberán ser buscados.
Los conocimientos generados en la última década produjeron nuevos
entendimientos del ciclo silvestre, exigiendo diferentes tecnologías (avances de
laboratorio, modelos matemáticos, geoprocesamiento, notificación online), que
son importantes cambios en la vigilancia de PNH y FA.
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